domingo, 4 de mayo de 2014

Secuestro en Oropesa




-¡Beatriz! ¡Beatriz! ¡Beatrizzz! –Grita Leonor con desesperación.

 Los condes de Oropesa habían decidido bajar al pueblo, Leonor necesitaba telas para confeccionar vestidos para las niñas, estaban a principios de abril y las temperaturas iban en aumento. La carroza que los llevó hasta allí, se había retrasado y habían llegado al pueblo casi a la hora de comer. 



-Fernando -le dice Leonor al conde- las niñas tienen hambre, mejor comamos primero y después deambularemos por los puestos del mercado.
-De acuerdo condesita -le responde dándole un beso en la mejilla- como tú digas. Fernando la adora, la había conocido con dieciocho años y no se habían vuelto a separar, a pesar que desde el primer momento las dos familias se habían opuesto al matrimonio.

Tienen dos niñas preciosas y la vida les sonríe. Tal como Leonor propone se dirigen a la taberna del pueblo para comer. Los cuatro solos como les gusta a ellos, hartos de tanta frivolidad, se regodean en el menú que les ofrece la taberna haciéndoles todos los honores que corresponden a su rango. 

<<Codornices, ensalada de hortalizas frescas, pan moreno, vino de la tierra y de postre torta de almizcle>>

Cuando degustan la deliciosa comida se disponen a pasear por los puestos. Les compran a las niñas una manzana y, poco a poco se van recreando en las mercancías expuestas. De repente Luisa tira del vestido de su madre diciendo: 

-Mamá, mamá, Beatriz no está. Leonor y Fernando se vuelven con rapidez y cogiéndola de los hombros le preguntan a dónde ha ido su hermana.
-No sé -responde la pequeña asustada- Estaba a mi lado y de pronto ya no está.

Leonor echa a correr llamando a Beatriz por todas partes, Fernando y Luisa la siguen. Cuando han recorrido todas las calles del pueblo y parte de la campiña que lo rodea Leonor se arrodilla en el suelo con las manos en la cara, llorando desconsoladamente. Fernando llega detrás con la pequeña Luisa, levanta a Leonor y demostrando entereza las abraza a ambas y las tranquiliza.

-No lloréis, la vamos a encontrar, ya veréis. Tengo un plan  -sentándose en un pequeño muro las acuna a las dos en su regazo diciéndoles:

-Buscaré a Gonzalo, el justiciero de la región. Fuimos juntos al internado y me debe ciertos favores. Él lo solucionará, siempre sabe cómo actuar en estos casos y, se pasa la vida ayudando a los demás, sobre todo a los más desprotegidos.

Con resolución las lleva a casa y se marcha en su corcel a las montañas que rodean la comarca. Enseguida lo encuentra, sabe dónde buscar.

-Bienvenido Fernando -le dice éste en cuanto lo ve.
-No tanto -responde el conde. Han robado a mi pequeña Beatriz.
-¿Cómo? -pregunta el justiciero.
-Como lo oyes, estábamos en el mercado del pueblo y de pronto ha desaparecido. La hemos buscado por todas partes y ni rastro de ella.
-Déjame pensar, ¡por favor! Guarda silencio, voy a meditar.


No se lo confiesa al conde, pero tiene una ligera sospecha. Piensa que es Irene quien ha secuestrado a la niña. Irene, es su novia y ya lo ha hecho en otras ocasiones, está obsesionada con los niños desde que perdió a su hija el día del parto. La niña murió al nacer pero ella está convencida de que se la robaron.

Efectivamente, tal como Gonzalo sospecha han ocurrido los hechos. Irene pasea por el mercado, cuando de pronto los ve a los cuatro, siente una antigua punzada en el pecho, es la vida que ella desea para ellos, pero sus respectivas ocupaciones no se lo permiten por el momento. -Dios mío las niñas son preciosas -piensa al acercarse. 


La pequeña Beatriz la ve y sonríe, se queda enamorada de ella en cuanto cruzan sus miradas, así quiere ser de mayor. Le encanta su cara, su pelo, su vestido… Cuando Irene se acerca, ella fascinada le tiende su pequeña manita y sin más problema se la lleva, alejándola de su familia.

  -Ahora es mía nadie me la quitará -piensa Irene cuando entra en su refugio.

 La niña está un poco asustada, pero Irene la tranquiliza y, acariciando su cabecita ve el pequeño lunar rojo idéntico al de su padre, ya no le queda ninguna duda es su pequeña, Irene llora presa de la emoción. Pero tiene que ahogar un sollozo porque escucha acercarse un caballo. Asomándose al mirador de su refugio ve llegar a su amado Gonzalo, el corazón se le llena de júbilo, viene a compartir su dicha.

-Gonzalo -le dice corriendo hacia él con la niña de la mano- la he encontrado, esta vez es ella, mira -le enseña- tiene tú mismo lunar en el cuello.

-Irene… ¿otra vez, mi amor? Sus padres la  están buscando con desesperación y, la niña, mírala, está asustada, con ellos está muy bien, tiene a su hermanita y  la tratan de maravilla. ¿Qué hará aquí cuando tú tengas que cumplir una misión?

Irene con la cara  anegada en lágrimas, le entrega a la niña para que se la lleve a sus padres, sabe que Gonzalo lleva razón. Él, abrazándola le dice: -algún día cariño, algún día, ya cercano, también nosotros tendremos nuestros propios hijos, nuestra propia casa, viviremos juntos y, no tendremos que separarnos jamás. Te lo prometo.


       

            HISTORIA DE OROPESA.

Oropesa es una localidad y un municipio de España perteneciente a la provincia de Toledo en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha.

Cuenta la leyenda que la joven Gumersinda fue secuestrada por el moro Almanzor, quien pidió por su rescate el peso en oro de la princesa, de ahí el nombre de Oro-Pesa.  Basándose en esta leyenda cada año en el mes de abril se celebran en esta localidad las Jornadas Medievales. Durante tres días las calles se llenan de puestos, hay actuaciones, pasacalles, competiciones y prácticamente todo el pueblo se viste con ropas medievales.

   El título nobiliario y hereditario de Condado de Oropesa le fue otorgado por la reina Isabel de Castilla, el treinta de agosto de 1475, a favor de Fernando Álvarez de Toledo y Zúñiga, V señor de Oropesa, por la ayuda que le prestó en la guerra contra el rey Alfonso V de Portugal. El título es uno de los vinculados a la Casa de Álvarez de Toledo que se fortaleció con las crisis bajomedievales  y las guerras civiles castellanas, hasta convertirse en una de las más poderosas de la alta nobleza.  
                                                                                                     Amelia. 


CODORNICES A LA NARANJA.










ALIMENTACIÓN EN LA EDAD MODERNA. 

La volatería en la Edad Media ocupó un lugar preeminente en la alimentación española, por supuesto, en la mesa de los privilegiados, no así en la de los pobres que prácticamente se alimentaban de pan en forma de gachas, y gazpachos cuando hacía calor. En la Edad Moderna el consumo de aves perdió un poco de prestigio en favor de los guisos y asados de cordero, venado, etc.

Sin embargo, siguió estando muy presente en la mesa de los ricos y en la corte, como podemos apreciar en el menú diario de la cena de Carlos III (1761):
-Tres sopas: una de caldo claro con dos pichones; otra de arroz con sustancia y otra de pasta de Italia.
-Ocho trincheros: uno de perdigones asados; uno de mollejas de ternera en artaletes; una de filetes de pato con salsa de naranjas; una de dos pichones en matalota; una de pavito cebado asado; una de rebanadas de ternera con aceite; una de jigote de perdices y una de polla estofada con vino de Borgoña.
-Una entrada de lomo de ternera.
-Dos asados: uno de pollas de cebo, y otro de tres pichones.
-Tres postres: uno de tartaletas de conserva; uno de rosquillas de pasta Flora y uno de huevos frescos.

PD: En la Edad Moderna la alimentación de los privilegiados se caracterizaba por la abundancia, en cambio los pobres soñaban con el País de Jauja.
Amelia.


11 comentarios:

  1. Buen segundo post. Intriga, un poco de historia y una receta para chuparse los dedos.

    Felicidades.

    Manuel F.

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    1. Gracias Manolo. Vemos que sigues ahí, y se agradece.

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    2. Hay que ser constantes Meli.

      A seguir palante...

      Aqui sigo.

      Saludos.

      Manuel F.

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  2. Hay que ver como se parecían nuestros antepasados a nosotros... lo que es la genética!!!!

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  3. Capítulo digno del mejor águila roja... A seguir así...

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  4. Vive Dios que no cejaré en el empeño hasta no ver actualizado este blog con otro post.

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  5. ¡Bonito relato,... y suculenta receta!.
    ¡Enhorabuena!

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